Peor que cualquier dolor es el no generar dolor. El ser invisible a los ojos de un amor creciente. De no sentir reciprocidad ni afecto al dormir. Desvanecerse con la puerta que se cierra y no ser extrañado. Que ni la tecnología me vuelva un niño mimado.
Al desprecio del poco importa. Al contagio del calor. En el fragor vital del día sentir tu dolor. Y morir en tu pecho
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